El gobierno de Estados Unidos inició un cierre temporal e indefinido de sus actividades debido a la falta de acuerdo presupuestario entre republicanos y demócratas para extender el presupuesto federal en vigor.
El cierre inició este sábado, en la que se supone que debería ser una jornada festiva para el presidente Donald Trump, ya que se cumple el primer aniversario de su llegada a la Casa Blanca.
Sin embargo, tras una jornada maratoniana de negociaciones entre ambos partidos, la propuesta para extender cuatro semanas el presupuesto federal en vigor no recibió los 60 votos necesarios en el Senado en una votación celebrada en la noche del viernes.
La falta de acuerdo para extender el presupuesto significa que el gobierno federal debe parar temporalmente algunas de sus actividades por falta de fondos, porque el Congreso no ha asignado dinero para financiarlas.
¿Qué implicaciones tiene un cierre del gobierno?
Desde el primer minuto del sábado, muchas agencias federales dejaron de operar, excepto los servicios esenciales, y miles de empleados federales civiles recibieron licencia para ausentarse forzosamente de sus puestos de trabajo.
La mayor parte del personal de los departamentos de Vivienda, Medio Ambiente, Educación y Comercio se quedarán en casa.
Y aproximadamente la mitad de los trabajadores del Tesoro, Salud, Defensa y Transporte tampoco irán a trabajar el lunes.
En el último cierre temporal, en 2013 durante el gobierno de Obama, —y que duró 16 días—, se estima que unos 800.000 de los 2,1 millones de trabajadores federales dejaron sus puestos y se cerraron decenas de oficinas gubernamentales.
En cuanto a la Casa Blanca, por ejemplo, 1.056 trabajadores de la Oficina Ejecutiva del Presidente tendrán licencia, mientras que 659, considerados esenciales, continuarán su trabajo normalmente, según su plan de contingencia.
El secretario de Defensa, Jim Mattis dijo que por encima del 50% de su departamento no irá a trabajar y algunas operaciones de mantenimiento, entrenamiento e inteligencia tendrían que detenerse temporalmente.
Los parques nacionales y los monumentos también podrían ser cerrados. Es tradicionalmente una de las áreas afectadas cuando hay un cierre de gobierno.
En 2013, el cierre de los parques nacionales provocó una airada reacción pública. Por eso, antes de la votación, se reportó que la administración de Trump estaba desarrollando planes de contingencia para mantenerlos abiertos si no se alcanzaba un acuerdo.
Otra de las áreas que puede sufrir retrasos es la de gestión de visas y pasaportes.
La agencia de medición de riesgo Standard and Poor's estima que el cierre de gobierno podría costarle a la economía estadounidense unos US$6.500 millones por semana.
¿Qué seguirá funcionando normalmente?
Fundamentalmente los servicios esenciales que protegen la "vida o la propiedad de las personas".
Esto incluye los departamentos y funcionarios de seguridad nacional, como el Ejército, la policía y los servicios de emergencias seguirán trabajando normalmente.
También lo harán los equipos de urgencias médicas, asistencia ante desastres, control del tráfico aéreo, servicios postales o prisiones.
¿Qué tiene de diferente este cierre de gobierno?
Efectivamente, esa no es la primera vez que el gobierno cierra. De hecho, es algo que ha pasado varias veces.
Antes del más reciente, en 2013, hubo un cierre durante 18 días en 1978, y dos bajo el gobierno de Bill Clinton, en 1995 y 1996.
Pero esta es la primera vez que la falta de acuerdo presupuestario se produce cuando un mismo partido —en este caso el Republicano— controla tanto las dos Cámaras del Congreso como la Casa Blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario