Wall Street cerró este lunes con fuertes pérdidas al retroceder el índice Dow Jones un 4,6%, lo que supone su mayor caída porcentual desde 2011.
El principal indicador de la bolsa estadounidense se hundió 1.175 puntos hasta terminar con 24.345,75 enteros.
Se trata de la más fuerte caída en puntos experimentada en la historia de la bolsa de Nueva York en un solo día.
La de este lunes superó, por ejemplo, la caída de 777,68 puntos registrada al inicio de la crisis financiera en septiembre de 2008, cuando el Congreso estadounidense rechazó un plan de rescate de US$700.000 millones tras el colapso del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers.
Esta nueva caída se suma a las pérdidas que la bolsa de Nueva York registró el pasado viernes, cuando los datos sobre el incremento de los salarios en Estados Unidos hicieron prever a los inversores que un mayor capacidad de gasto de la población se pueda traducir en una mayor inflación.
Para mantener los precios bajo control, la Reserva Federal de Estados Unidos puede verse obligada a elevar las tasas de interés, lo que provocó el temor de los inversores.
La caída coincide con el juramento del cargo del nuevo presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, quien fue elegido por el presidente Donald Trump para sustituir a Janet Yellen.
Jornada frenética
La Casa Blanca reconoció su preocupación por la caída en los mercados.
"Siempre estamos preocupados cuando el mercado pierde valor, pero también confiamos en las reglas básicas de la economía", declaró una fuente oficial a la cadena de televisión CNBC el lunes por la mañana.
Tras el cierre de la sesión del lunes, sin embargo, la Casa Blanca prefirió destacar de nuevo el papel de Trump al frente de la economía y los logros conseguidos en el área desde que asumió la presidencia hace un año.
"El presidente Donald Trump está centrado en los fundamentos económicos a largo plazo (...) los cuales permanecen excepcionalmente fuertes", dijo la portavoz Sarah Sanders en un comunicado.
"Los recortes de impuestos del presidente y las reformas legislativas mejorarán aún más la economía de Estados Unidos y seguirán aumentando la prosperidad para el pueblo estadounidense ", añadió.
En la frenética jornada de este lunes, el Dow Jones llegó a perder en el peor momento de la sesión hasta 1.597 puntos.
Mientras, el selectivo S&P 500 cerró con una caída de 4,10 % y el índice compuesto del Nasdaq retrocedió un 3,78%.
El principal índice de acciones de Londres, el FTSE 100, cerró con una caída del 1.46%, mientras que los mercados más importantes de Asia cayeron entre el 1% y el 2,5%.
Esta dramática caída del lunes en el Dow Jones rompe con meses de subidas consecutivas. En enero, superó el nivel de entre 25.000 y 26.000 puntos en menos de un mes.
Análisis de Anthony Zurcher, BBC Norteamérica
Alardear de las ganancias del mercado bursátil es un juego peligroso que la mayoría de los presidentes evita jugar. Barack Obama lo hizo de vez en cuando, pero solo después de que la economía del país se recuperara significativamente de los daños del colapso de 2008.
Sin embargo, después de advertir sobre una burbuja en el mercado durante su campaña, Donald Trump se convirtió en el vocero más importante del Dow Jones: en tuits, en mítines e incluso durante el discurso del Estado de la Unión de la semana pasada. Eso creó la imagen discordante del presidente alardeando en un discurso sobre los beneficios de sus recortes de impuestos mientras los mercados apuntaban hacia abajo.
Los canales de noticias de Estados Unidos, que estaban transmitiendo en vivo la alocución del presidente, cortaron su cobertura para informar sobre este día que marca un récord. Fue un traspiés muy visible para la historia reciente de éxito económico en el país que será difícil de olvidar para la mayoría de estadounidenses.
El presidente argumentará que los fundamentos de la economía aún son sólidos. Los salarios subieron y el desempleo disminuyó, lo que posiblemente contribuya a la caída de las acciones. Si el crecimiento continúa, esto podría ser catalogado como otro tropiezo de retórica por parte de un "no político".
Sin embargo, si supone el comienzo de una gran rectificación en pleno año electoral, las palabras del presidente podrían volver a perseguirlo.
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