FORT MYERS, Florida. Durante meses, el dominicano Hanley Ramírez ha dicho que está sano y listo para jugar en la primera base para esta temporada. Es una buena noticia, pues ahora los Medias Rojas van a necesitar que lo haga.
Uno de los efectos de la firma del cañonero J.D. Martínez -que será oficial una vez el guardabosque pase los exámenes médicos- es que Ramírez ya no es el principal bateador designado del conjunto.
Y dado que los Medias Rojas tienen copados los jardines con Andrew Benintendi, Jackie Bradley Jr. y Mookie Betts, Martínez agotará una buena cantidad de sus turnos como bateador designado. Eso dejará a Ramírez y al zurdo Mitch Moreland luchando por la primera base, batalla que podrá evaluar el manager puertorriqueño Alex Cora durante la primavera.
“Puedo jugar en la primera base todo el tiempo que Alex quiera que juegue”, dijo Ramírez. “No tengo problema con eso”, declaró a MLB.COM.
Si Ramírez demuestra que puede producir como lo hizo en el 2016 (30 jonrones, 111 carreras empujadas) y no tanto como la temporada pasada, cuando molestias en ambos hombros mermaron su producción (23 bambinazos, 62 remolques), el quisqueyano debe de ser el regular en la inicial.
“Sé que puedo empujar 100 carreras y dar 30 jonrones”, dijo Ramírez. “Como he dicho, nunca pongo excusas, porque en este juego uno tiene que producir”.
La llegada de Martínez no puede haber sido una sorpresa para Ramírez. Se le ha preguntado al respecto durante meses, específicamente sobre cómo podría afectar su lugar en el lineup.
“Mientras más ayuda consigamos, mejor”, dijo Ramírez hace unos días. “Es como he dicho antes: Sé que voy a batear. Van a encontrar la manera de ponerme en el lineup. Yo lo único que quiero es ganar”.
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