Después de casi un año de amenazas, la administración de Trump hizo su movimiento más agresivo hasta la fecha contra un blanco familiar de su ira: California y sus políticas de inmigración.
Este martes por la tarde se presentó una demanda federal contra el estado y sus altos funcionarios para detener un grupo de proyectos de ley denominado "estado santuario", una medida que ofende a la administración pero que sin embargo generará acalorados litigios por los límites de la autoridad de inmigración.
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