Toda fundación, si es mítica, está destinada a
trascender. Y ése es el caso de U2, cuya historia comienza con un chico (Larry Mullen Jr.)
que toca la batería y publica un aviso en su colegio para formar su banda. Así nació
el grupo irlandés que, gracias a este artilugio con pocas posibilidades de
progresar, sumó bajista, guitarrista y cantante y se convirtió en una de las
bandas más exitosas de la historia del rock.
Corría 1976 y faltaban cuatro años para la edición de su álbum debut llamado Boy (antes habían editado el EP Three). Y es ese mismo primer disco de estudio el que esta semana cumple 40 jóvenes años de su edición en Gran Bretaña.
Con la personalidad inobjetable de Bono, y las contribuciones de The Edge, Adam Clayton y el propio Mullen. Boy surgió de la selección de 40 temas que los de Dublín habían acopiado hasta aquel 1980. Y que plasmaron aquí con esa textura post-punk, ese pulso rockero y esa grandilocuencia que los acompañaría durante toda su carrera. De ahí en más, la sucesión de logros, hits, reconocimiento y, finalmente, estadios.
Recordamos acá cinco curiosidades del disco que se
mantiene fresco, joven, urgente:
Es
tan común que inquieta. La portada de Boy se presenta con la carita angelical
de un nenito rubio que parece increparnos con su mirada. Se trata de Peter Rowen,
hermano menor de Derek, luego conocido como Guggi y como miembro de la banda
The Virgin Prunes. Ellos eran amigos y colaboradores de U2.
Lo
cierto es que Peter dejó su marca no sólo en este disco, sino también en la
tapa del single "I Will Follow", en el arte de War (1981)
y en la colección de grandes éxitos The Best Of 1980-1990. Una rareza es que las portadas fueron
cambiadas en Estados Unidos y Canadá, donde se interpretó que la imagen podía
sugerir una intención pedófila y se optó por una foto
distorsionada del grupo.
Dice la leyenda que el pequeño de apenas 6 años que aquí mira fijo y lánguido a la cámara pero que se enfurece para War, recibió contento su pago por el trabajo. Este consistió en unas cuantas barritas del clásico chocolate Mars.
El primer disco de U2 en algunos países de latinoamérica
tiene un festejo distinto. Boy se editó en 1987, cuando se realizó el
lanzamiento internacional de The Joshua Tree. Por ejemplo, en Argentina, si
bien ya había editado The Unforgettable Fire (1985), se aprovechó
para completar la colección de los ya exitosos irlandeses. Por lo que en esas
fechas no solo se conoció al Niño (Boy) sino también Guerra (War),
Octubre (October)
y el álbum en vivo Bajo un cielo rojo sangre (Under a Blood Red Sky). Los
formatos de Boy fueron cassette y vinilo y las canciones también estaban
traducidas al igual que el nombre de la obra. Todos los temas aparecían en
español, excepto "An Cat Dubh" que, curiosamente, mantuvo su irlandés
original.
Si
se habrá escrito sobre este tipo imponente de felinos. Y de esa tradición
seguramente se nutrieron los músicos, al menos para el título de su composición
doble "An Cat Dubh/ Into the Heart". Se trata de dos temas tocados
juntos como si fueran una única canción (así aparece tanto en el disco como,
luego, en sus shows en vivo). Si bien la primera parte del track presenta su
título en irlandés, la letra se desarrolla en inglés y hace alusión a un
affaire que tuvo Bono cuando se separó de Ali Hewson (hoy su mujer). Aunque
podría aludir a la cacería gatuna y nocturna de algún pájaro, la interpretación
más directa nos lleva al terreno de lo sexual : ¨Y cuando ella termina, duerme
junto a la naturaleza¨.
Evidentemente, "I Will Follow", tema que abre
Boy, trata sobre el amor incondicional. ¿Pero a quién? Bono lo cuenta en el
libro autobiográfico llamado U2 by U2, que recopila entrevistas realizadas a
los músicos. Allí sostiene que ese amor incondicional "es el que siente
una madre por sus hijos. Si te vas, te seguiré. No importa lo que hagas, no te
puedes separar de mi amor".
Sin
embargo, también aclara la otra interpretación, la que el propio cantante dice
recordar de los escritos biblícos: ¨Ni la altura, ni la profundidad, ni ninguna
otra criatura podrá separarnos del amor de Dios". Más allá de esta
lectura, Bono admite cantar siempre el tema desde el punto de vista de su
propia madre. Y lo hace a modo de tributo a la figura indispensable en su vida,
que falleció repentinamente cuando él tenía 14 años.
Varios
sonidos llamativos se esparcen a lo largo del álbum. Empezando por el
principio. En "I Will Follow" se escuchan botellas rotas (que Bono
estaba destrozando adrede) y un ruido metálico provocado por el productor Steve
Lillywhite, al frotar un cuchillo con los rayos de la rueda de una bicicleta. Y
eso no es todo en la participación de Lyllywhite, que aquí, por caso, se dedica
a tocar el glockenspiel.
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