A todos nos ha pasado, nos encontramos en un momento en el que sólo podemos esperar, como formado en una fila del banco, mientras viajamos en el transporte o en la consulta con el médico, y por inercia tomamos nuestro smartphone para distraernos un poco y evadirnos de la realidad con un entorno virtual.
Para mantener ocupadas nuestras manos y nuestra ansiedad, el diseñador austriaco Klemens Schillinger creó el “teléfono sustituto” como una forma de ayudar a los adictos a los teléfonos inteligentes a lidiar con su ausencia.
De acuerdo con “The Verge”, su forma replica un teléfono inteligente promedio, y está hecho de plástico negro de polioximetileno con cuentas de piedra incrustadas en la superficie, lo que permite al usuario replicar acciones familiares, como desplazarse, acercarse o alejarse.
El objetivo es que se pueda usar como un mecanismo de supervivencia para alguien que intenta controlar menos su teléfono.
Existen cinco modelos que se ven y se sienten como un teléfono inteligente normal.
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