COLORADO SPRINGS — El atacante de 26 años que el domingo entró a una iglesia rural en Sutherland Springs, Texas, con un chaleco antibalas y un rifle militar y mató a 26 personas, había sufrido de diversos problemas durante años. Devin Patrick Kelley, un exmiembro de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, fue condenado en una corte marcial y fue expulsado de su carrera militar; además, fue encarcelado por violencia doméstica, luego se divorció y fue acusado de crueldad con los animales.
En 2012, mientras estaba asignado en la Base Holloman de la Fuerza Aérea en Nuevo México, Kelley fue acusado de “asalto a su cónyuge y asalto a su hijo”, según Ann Stefanek, jefa de operaciones de medios de la Fuerza Aérea. Fue condenado en una corte marcial y sentenciado en noviembre de ese año a doce meses de reclusión y reducción al rango más bajo posible, E-1. Después de su confinamiento, fue dado de baja con una nota de mala conducta. No está claro si su condena le impedía comprar armas.
También en 2012 se divorció en Nuevo México de su primera esposa, según los registros judiciales. Cuando fue dado de baja de la Fuerza Aérea en 2014, Kelley se volvió a casar en Texas con Danielle Lee Shields en abril de ese año, según los registros del estado.
Unos meses más tarde se registró para votar en Colorado Springs, una ciudad con varias bases de la Fuerza Aérea, y su dirección era el estacionamiento 60 de un destartalado terreno de grava donde se paran remolques llamado Fountain Creek RV Park.
Una mujer que vivía en el remolque de al lado, que solo se identificó como Susan, dijo que un hombre de la misma edad y descripción vivió en el sitio 60 durante unos meses, pero nunca supo su nombre.
“Estaba un poco apagado, vivía aquí con una mujer”, dijo mientras cargaba mantas en una de las lavadoras del RV Park.
La saludó algunas veces de pasada, pero nunca fue amistoso y solo se quedó unos meses. Ella nunca escuchó ninguna discusión en su tráiler.
“Lo único que sobresalía era su perro”, dijo.
Tenía un cachorro de pitbull que mantenía atado al sol todo el día, dijo la mujer. También recordó un incidente en el que se llamó a la policía porque el hombre había golpeado al perro en la cabeza.
Contó que, cuando llegó la policía, hubo un enfrentamiento de aproximadamente una hora en el que su vecino se negaba a salir de su remolque.
Los registros muestran que Kelley fue acusado de crueldad hacia los animales, un delito menor, en agosto de 2014; el caso fue desestimado. Se mudó unas semanas más tarde, dijo la mujer.
Kelley se alistó en la Fuerza Aérea poco después de graduarse de la New Braunfels High School en 2009. Devin Kelly se desempeñó como aviador de bajo rango en un batallón de preparación logística. Una cuenta de Linkedin bajo su nombre dice que trabajó en carga y distribución.
Para el 2017 había regresado a una casa en New Braunfels que según los registros era propiedad de sus padres. La casa estaba a una hora de la iglesia donde ocurrió el tiroteo.
Michael Kelley, su padre, en una breve biografía publicada en el sitio web de su pequeña compañía de software, Dilloware, dijo que la familia tiene tres hijos. Devin Kelley es el hijo de en medio.
“Construir la compañía al mismo tiempo que nuestra familia involucraba un torbellino de actividad”, escribió. “Muchas horas de llegar tarde y sacrificios”.
El domingo, autos de la policía del Departamento del Alguacil del Condado de Comal se alinearon en el camino de entrada de la casa del pistolero, ubicada en un terreno rural en New Braunfels. Las cercas de alambre mantuvieron a los visitantes alejados de la casa, que estaba oculta por el pasto que cubre la propiedad.
Los letreros en la puerta de la entrada dicen “No pasar” y “Cuidado con el perro”.
“No conozco a nadie allá abajo”, dijo Sabas Gonzales, quien puede ver la entrada de Kelley desde la suya. Gonzales, una mujer de 70 años, dijo que había vivido allí durante más de dos décadas y muchos de sus vecinos habían venido a presentarse cuando se mudaron, pero nadie vino desde la casa de Kelley.
“Aquí, la gente tiende a guardar silencio”, dijo Tim Daughtrey, que corta cedro para los clientes en el área y vive a poca distancia de la casa de Kelley. Daughtrey, de 40 años, dijo que en general en la ciudad no hay incidentes en lo que respecta a delitos. “Veo una pelea de bar de vez en cuando, pero nunca disparos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario