Montecristi, R.D.- Personas con identificación y vehículo de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), irrumpieron de forma alarmante en la mañana de hoy, en un hogar ubicado en el sector La Refinería, de esta ciudad de San Fernando de Montecristi, en búsqueda de una persona por equivocación.
Según la joven Felicia Romero, quien reside en dicho hogar, con su padre y su hijo de apena 8 años, nos contó que miembros con signo de esta institución, llegaron en hora de la 5:00 a.m., rompiendo la puerta y desarreglando todo, en búsqueda de una persona, que alegaban se escondía en dicho lugar.
La joven Romero, que dijo haber vivido los momentos más amargo de su vida, informo que los miembros con uniforme y vehículo de DNCD esposaron a su padre el Sr. Lorenzo Romero Ramírez de 63 años y en estado de salud delicado, el cual fue devuelvo a su hogar luego que comprobaran fuera un error.
Felicia Romero, dijo que el trauma dejado a su familia en especial a su bebe y la forma en que dejaron todo el hogar, fue un atropello contra la dignidad de una familia trabajadora. Que no tiene que dedicarse a ninguna actividad ilícita para sostener su humilde familia.
Exigió a la dirección de la DNCD de Montecristi, a disponer de una exhaustiva investigación para determinar las reales causas de este incidente y confirmar si fue una unidad de la institución la que realizo dicho atropello.
Citando y tomando en cuenta que el presidente de la DNCD, ha reiterado en varias ocasiones que la misión de los agentes es proteger la ciudadanía y luchar en contra del flagelo de las drogas. Y que la institución no permitirá, bajo ninguna circunstancia, excesos que vulneren los derechos de las personas, empañando el buen nombre de los agentes, que con su ejemplo de trabajo han puesto en alto a la institución. La DNCD ha ratificado su firme compromiso por el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas, así como su lucha frontal en el combate al flagelo de las drogas.
Se espera que por lo pronto se designe una comisión, para que inicien lo antes posible las indagatorias para al menos resarcir los daños psicológicos y materiales, perpetrados por dichos agentes.
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