Facebook y su cofundador, Mark Zuckerberg, fueron objeto de una contundente crítica este jueves que provino de nada más y nada menos que del otro de los creadores de la red social.
Chris Hughes, quien abandonó la compañía estadounidense hace 10 años, publicó un extenso artículo en The New York Times (NYT) en el que cuestiona el inmenso poder de su antiguo socio y en el que pinta al gigante tecnológico como un voraz monopolio.
"La influencia de Mark es asombrosa, mucho más que la de cualquier otra persona en el sector privado o en el gobierno", dice casi al inicio del texto. "Controla tres plataformas de comunicaciones principales, Facebook, Instagram y WhatsApp, que miles de millones de personas usan todos los días".
Al poseer el 60% de acciones de la empresa, "Mark puede decidir él solo cómo configurar los algoritmos de Facebook para determinar qué ven las personas", continúa Hughes.
"Es un poderoso monopolio, que eclipsa a todos sus rivales y borra la competencia de la categoría de redes sociales", escribe.
"Es hora de romper Facebook", dice Hughes, e incluso pone sobre la mesa la posibilidad de revertir algunas de sus más famosas adquisiciones.
¿Qué razones tiene para ir en contra de la compañía que él mismo ayudó a fundar?
Monopolio
En una parte del texto, Hughes califica a Zuckerberg como una "buena persona", pero acota que su poder sin controles es "problemático", por lo que "el gobierno debe pedirle cuentas".
"El poder de Mark no tiene precedentes y no es propio de EE.UU.", sostiene, debido a que el país "es una nación con una tradición de controlar a los monopolios, sin importar cuán bien intencionados sean sus líderes".
"Facebook domina las redes sociales (...). Esto significa que cada vez que Facebook falla, repetimos un patrón agotador: primero indignación, luego decepción y, finalmente, renuncia", cuestiona.
Además de las desventajas para los usuarios, Hughes también se refiere a los perjuicios de la situación monopólica para otras empresas más pequeñas y para la innovación.
"Facebook ha utilizado su posición de monopolio para excluir a las empresas competidoras (como Vine, de Twitter) o ha copiado su tecnología (como Snapchat)", dice.
"A medida que los mercados se vuelven más concentrados, el número de nuevas empresas nuevas decae", lamenta.
Escándalos de privacidad
"Incluso cuando la gente quiere abandonar Facebook, no tiene ninguna alternativa significativa", señala Hughes en el NYT, en referencia a los escándalos relacionados con fallas de privacidad en los últimos años.
En 2018, Facebook se vio envuelto en una gran polémica cuando se supo que los datos de 50 millones de sus usuarios habían sido recopilados y vendidos a la consultora política Cambridge Analytica con fines electorales.
Pero se han seguido revelando errores en la privacidad de la red social, que han llevado a la compañía poder enfrentarse a una multa de hasta US$5.000 millones de la Comisión Federal de Comercio de EE.UU. (FTC).
En un discurso dirigido a desarrolladores en la conferencia anual de Facebook en San José, California, a fines de abril, Zuckerberg reconoció de alguna forma los desaciertos de la red social.
"Sé que no tenemos la reputación más fuerte en materia de privacidad en este momento, por decirlo así", dijo.
Pero "el futuro es privado", añadió.
Solución
En su artículo en NYT, Hughes propone varias soluciones para acabar con el monopolio de Facebook y asegurar la privacidad de los usuarios.
"La competencia por sí sola no necesariamente estimula la protección de la privacidad (se necesita regulación), pero el bloqueo que Facebook ejerce en el mercado garantiza que los usuarios no pueden protestar mediante el cambio a plataformas alternativas", explica.
Como consecuencia, para Hughes una de las respuestas es romper Facebook: "Primero, Facebook debe ser separado en múltiples compañías", señala.
"La FTC y el Departamento de Justicia de EE.UU. deben hacer cumplir las leyes antimonopolio deshaciendo las adquisiciones de Instagram y WhatsApp y prohibiendo futuras adquisiciones durante varios años", dice.
"La FTC debió haber bloqueado estas fusiones, pero no es demasiado tarde para actuar", sostiene.
Sin embargo, estas opciones suscitan preocupaciones por la seguridad de los datos de los usuarios y por la posibilidad de que empresas chinas más grandes ocupen el espacio que quede libre, reconoce Hughes.
Además de las críticas hacia el gigante tecnológico, el cofundador también hace una especie de mea culpa por su papel en la situación.
"Estoy decepcionado de mí mismo y del primer equipo de Facebook por no pensar más en cómo el algoritmo (de las noticias de Facebook) podía cambiar nuestra cultura, influir en las elecciones y empoderar a líderes nacionalistas", dice.
"Tengo una sensación de ira y responsabilidad", confiesa. "Soy responsable por no activar la alarma antes".
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