Los problemas de la vista son muy comunes alrededor del mundo y pueden variar de persona a persona; algunos afectan la visión cercana, mientras que otros impiden ver objetos lejanos. Uno de ellos es la hipermetropía, por lo que te diremos todo lo que debes saber acerca de esta patología.
En términos sencillos, la hipermetropía es la incapacidad de ver objetos cercanos con claridad. Los mismos suelen observarse borrosos o con bordes difuminados. Este es un problema frecuente a nivel mundial y se estima que 10 % de la población lo padece.
¿Por qué sucede la hipermetropía?
Para poder entender por qué ocurre esta patología, es necesario explicar
cómo funciona la vista. El ojo humano posee dos medios encargados de proyectar
la luz: la córnea y el cristalino. Los mismos dirigen los rayos lumínicos hacia
un punto en específico de la retina donde hay mayor agudeza visual.
Cuando la luz no es
dirigida hacia el punto exacto, pueden surgir problemas en la visión. En el caso específico de la hipermetropía, el globo ocular tiene un
diámetro menor al habitual, lo que hace que la luz se proyecte en la parte
posterior de la retina y el poder de enfoque se reduzca.
Por otro lado, una anormalidad en la forma de la córnea, como la córnea plana, también puede ser la causa
de esta condición, ya que tiene el mismo efecto en el ojo.
El síntoma más característico de esta
enfermedad es la dificultad para ver objetos cercanos, los que no pueden ser enfocados y suelen verse
borrosos. También dificulta todas las actividades que involucren ver de cerca,
como leer o escribir.
Además de la visión borrosa, los pacientes suelen tener fatiga
ocular. Esta ocurre porque el ojo trata de corregir el problema
existente por sí solo y termina esforzándose más de lo debido. Dicha fatiga
puede generar otros síntomas como los siguientes:
·
Dolor de cabeza al
leer o escribir.
·
Ojos rojos al
final del día.
·
Dolor ocular.
·
Estrabismo: desviación del eje de la mirada.
Diagnóstico de la hipermetropía
Por
fortuna, la hipermetropía es fácil de diagnosticar en adultos y solo será necesario
realizar un examen ocular.
Primero, el especialista concretará un examen de agudeza visual con diferentes
cartillas a distancias específicas.
También es probable que sea necesario realizar un examen
de refracción, con el fin de establecer la diferencia con otras patologías,
tales como la miopía, el astigmatismo o
la presbicia.
Entre otros exámenes que pueden ser necesarios están la
inspección de la retina y la graduación visual. En el primero se dilatarán las
pupilas y se usará una instrumento para observar el interior del ojo, mientras
que en el segundo se verá a través de diversos lentes para tratar de corregir
el problema.
Descubre: Diferencias entre un oftalmólogo y un optometrista
Tratamiento para la hipermetropía
El método
usado para tratar la hipermetropía puede variar mucho, dependiendo de la edad
del paciente y el grado de afección. No obstante, todos los tratamientos disponibles están
orientados a centrar correctamente la luz en la retina y esto se puede lograr a través de los siguientes
procedimientos.
Uso de lentes
El uso de lentes correctivos es la forma menos invasiva de tratar
esta enfermedad. Puede ser aplicado a pacientes de
todas las edades. La idea es compensar el aplanamiento de la córnea o el
diámetro corto del ojo y conseguir una correcta refracción de la luz.
Las personas podrán elegir entre el uso de anteojos o de lentes de contacto. Los primeros vienen en una
gran variedad y pueden adaptarse a otros problemas de visión existentes,
mientras que los segundos son una forma sutil de hacer la corrección, siempre y
cuando se mantenga una higiene adecuada.
Cirugía
Para
aquellos pacientes adultos que no deseen usar lentes, siempre está la opción de realizar un
tratamiento quirúrgico. Son similares a los
usados para corregir otras alteraciones visuales e incluyen las siguientes
opciones:
Láser
Existen
tres tipos de cirugías refractarias con láser para corregir la hipermetropía.
Sin embargo, la mas usada es la queratomileusis in situ asistida con láser (LASIK), la que también sirve para la miopía. Esta cirugía crea un colgajo sobre la
córnea y usa el láser para corregir la curvatura de la misma.
Las otras cirugías con láser disponibles son las
siguientes:
·
Queratectomía subepitelial asistida con
láser (LASEK).
·
Queratectomía fotorrefractiva (PRK).
Implante de lentes oculares
Existen
dos tipos de implantes de lentes oculares capaces de corregir la hipermetropía,
sin embargo, son usadas solo en casos severos. En primer lugar están las lentes fáquicas: se colocan entre la córnea y el cristalino
sin necesidad de eliminar este último.
Por otro lado están las lentes intraoculares pseudofáquicas, las que son
usadas para corregir las cataratas. Estas se colocan en pacientes entre los 40
y 45 años para sustituir al cristalino en su totalidad.
Lee
también: Operación de cataratas, ¿cómo es?
Hipermetropía en niños
Hasta
ahora hemos hablado sobre la enfermedad y su presentación en los adultos, sin
embargo, la hipermetropía en niños tiene una
presentación curiosa. En los pequeños, los síntomas pueden no ser evidentes. De esta manera, es posible que no haya ninguna
alteración visual.
Lo anterior es producto de que los músculos oculares son
más fuertes y, tanto la córnea como el cristalino, son más flexibles. Por ello,
son capaces de corregir el defecto.
Síntomas a identificar
Debido a que la falla en la agudeza visual estará
compensada en los niños, la detección de la hipermetropía infantil puede ser un
verdadero desafío. Sin embargo, se debe estar atento a síntomas como los
siguientes:
·
Dificultad para leer o escribir.
·
Bajo rendimiento académico y dificultad
para concentrase.
·
Fatiga visual.
·
Enrojecimiento de los ojos.
·
Lagrimeo, picor o frote constante.
Evolución y tratamiento en niños con
hipermetropía
En este punto es importante destacar que todos nacemos
hipermétropes, sin embargo, este defecto se corrige después de los primeros
meses de vida. El verdadero problema recae cuando no es así y se prolonga la
alteración.
Por ello, se recomienda realizar un examen visual
cada 6 meses a los pequeños de la casa, a partir de los 4 años. Esto se hace con la finalidad de detectar la
anormalidad a tiempo y tratarla de forma oportuna.
Si la
hipermetropía no se corrige a tiempo se puede desarrollar una patología
conocida como ojo vago,
que es la pérdida de la agudeza visual en uno o ambos globos oculares. Además,
algunos niños también desarrollan una desviación o estrabismo.
En la
mayoría de los casos, el defecto desaparece antes de la adolescencia, sin
embargo, si el mismo no cede o es muy grave, el especialista estudiará el uso de lentes
correctivos. En general, esto
ocurre cuando la hipermetropía es alta y genera sintomatología.
¿Cuándo acudir a un especialista?
Esta condición puede empeorar muy rápido en poco tiempo,
sin que la persona lo note. Por ello es importante acudir con el especialista
en el momento en que se presenten los síntomas. De esta manera, se podrá
recibir un tratamiento oportuno y mejorar la agudeza visual.
En el caso de los niños, se deben realizar exámenes de forma
periódica con la finalidad de detectar la
hipermetropía a tiempo. Esta será la única manera de evitar un defecto a largo
plazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario