Por Javier Flores
Santo Domingo, RD.- Autoridades municipales van y vienen y el mayor problema del Gran Santo Domingo continúa siendo el mismo: La recolección de la basura y el cúmulo de estos desechos que se produce en varios de los rincones de los sectores más populosos de la capital dominicana y sus alrededores.
Con el pasar de los años, el
problema parece ser un reto invencible para los diferentes ayuntamientos,
quienes son los que cargan la culpa por la ineficiencia en el servicio de
recolección de basura.
Sirven de ejemplo los alrededores
del barrio de San Carlos, en la capital dominicana, donde sus residentes se
quejan de que los camiones de basura apenas pasan una vez a la semana y que en
esas ocasiones, en las que aparecían, se concentraban en quedarse en la avenida
México y la calle principal del sector.
“Ellos cuando pasan mucho, lo
hacen dos veces por semana y cuando lo hacen se quedan en la México y entran
solamente a esa calle, por eso es que la basura se acumula ahí”, dice Ramón
Martínez mientras señala a la calle Salcedo.
En la intersección entre la calle
Salcedo y la Juan Vicini existe un vertedero improvisado donde los lugareños
acumulan las fundas de desperdicios, debido a que las brigadas no pasan con
frecuencia y ese es el único espacio donde han podido acumular los desechos
para que el camión de basura pueda llevárselos.
La misma situación se presenta en
la barriada de Los Mameyes en Santo Domingo Este, quienes exclaman que
aparentemente el ayuntamiento se “olvidó” de ellos porque el camión de basura
pasa hasta semanas enteras sin recorrer varias de las calles del sector.
Como si fuera un
"milagro"
“Aquí cuando se ve el camión de
la basura es como un milagro que ocurre”, narra Manuel Ramírez, quien le hace
un llamado a su “tocayo”, el alcalde de esa demarcación Manuel Jiménez, para
que haga que los camiones pasen con mayor regularidad por la zona.
El espacio, que se ha convertido
en un vertedero improvisado en la comunidad, está ubicado en la calle Terminal
Esso, donde justo al frente del local de una envasadora de gas los residentes
de la zona se acercan a arrojar sus desechos.
“Es que si lo dejamos en la casa
se nos amontona y después es difícil”, dice una señora que se acercaba a botar
su funda justo al momento en que el equipo de reporteros de LISTÍN DIARIO
pasaba por el lugar.
Sin embargo, hay otros que le
cargan la culpa a la inconsciencia de la ciudadanía y que sin consecuencia
lanza sus desperdicios en el mismo lugar.
Así lo señala Miguel Acosta,
quien al frente de su pequeño almacén, ubicado en la calle Gabriel Morillo en
el sector de Los Mina Viejo, se apila una gran cantidad de basura.
“Porque si fuera que tú me
dijeras a mí que el camión de basura por aquí no pasa pero es todo lo
contrario, esa gente saben pasar hasta dos y tres veces por aquí, esa gente lo
que tienen es que poner es un policía municipal ahí pa’ que dejen de tirar la
basura en ese sitio”, decía Acosta mientras efectivamente un camión de basura
pasaba por las calles aledañas.
La misma circunstancia se refleja en el Ensanche Luperón
del Distrito Nacional, en donde entienden que el camión pasa con regularidad
pero que los mismos residentes tiran las fundas a las calles sin importar si
ese día pasaría el camión o no.
Otro
elemento que hace de esta problemática un “eterno dolor de cabeza” es que el
destino final hacia donde van todos los desechos se ha sobrepoblado y sus
propias complicaciones parecen por igual no tener solución en un tiempo
prudente.
El
vertedero de duquesa, cuyo incendio a mediados de este año produjo una humareda
que arropó varias localidades de la ciudad de Santo Domingo por casi un mes
completo, sirve de destino final de los desechos sólidos de los municipios de
Santo Domingo Norte, Santo Domingo Este, Santo Domingo Oeste, Distrito
Nacional, Pedro Brand y Los Alcarrizos y otros distritos municipales
pertenecientes al Gran Santo Domingo y de acuerdo a varios reportes recibe
3,700 toneladas de basura diarias.
Al
ser el único vertedero en el Gran Santo Domingo, cada vez que se produce uno de
sus recurrentes incendios, la dinámica de recolección de esos desechos se
retrasa por varios días haciendo que el cúmulo de basura aumente cada vez más.
A
pesar de esos problemas, lo que parece ser la luz al final del túnel es la
recién aprobada Ley de Gestión Integral de Coprocesamiento de Residuos Sólidos.
Esa
ley tiene como propósito prevenir la generación de residuos, establecer el
régimen jurídico de su producción y gestión y fomentar su reducción,
reutilización, reciclado y otras formas de valorización, así como regular los
suelos contaminados, con la finalidad de garantizar el derecho de toda persona
a un medio ambiente adecuado y proteger la salud de la población.
La
misma se aplica en el ámbito de las actividades, procesos y operaciones de la
gestión integral de residuos sólidos desde la generación hasta su
reaprovechamiento o disposición final, incluyendo las distintas fuentes de su
generación en los sectores económicos, sociales y de la población. Asimismo,
comprende las actividades de importación y tránsito de residuos por el
territorio nacional.
Además
establece que se deben impulsar programas permanentes para la recuperación y
eliminación y que a la vez obligue a la reducción del uso y distribución de las
fundas de plástico y los materiales hechos a base de foam.
“A
partir de la aprobación de esta ley, los productores de fon (foam), fundas y
botellas plásticas estarán obligados a incorporarse a un programa específico de
responsabilidad extendida al productor para recuperar, tratar y disponer de
manera segura los residuos generados. Para el caso del fon (foam) se deberá
incorporar compuestos para convertir dichos productos de fabricación local en
oxodegradables o biodegradables”, precisa la legislación en una de sus
disposiciones transitorias.
Cada
año el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales debe realizar un
estudio del impacto de los programas de reducción y eliminación del foam, las
fundas y las botellas plásticas, según establece la legislación.
La
ley dice que también se creará un programa especial de sensibilización
ciudadana, la formación de la policía de tránsito, municipal y turística
respecto al tema y que se implementará un programa especial de pago por
recuperación de fon o fundas plásticas. El pago se realizará por volumen y
únicamente aplicará a los recicladores.
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