La tuberculosis pulmonar era un problema de salud pública muy grave a comienzos del siglo XX. De hecho, se estima que 1 de cada 7 personas moría por esa causa. Gracias al desarrollo de algunos medicamentos se logró controlar la patología desde la década de 1940.
Sin embargo, cada cierto tiempo se producen brotes de la infección. La tuberculosis
pulmonar sigue siendo un problema, en especial por la aparición de una variedad que se ha denominado multirresistente, la que es difícil de tratar.¿Qué es la tuberculosis
pulmonar?
La tuberculosis pulmonar es una enfermedad
causada por una bacteria llamada Mycobacterium tuberculosis. Por lo general, este
microorganismo se instala en los pulmones, pero también puede afectar otros
órganos como el cerebro y los riñones, así como estructuras de la columna
vertebral.
Un aspecto importante es que
distintas son la enfermedad de la tuberculosis pulmonar y la infección latente. La primera
es la patología convencional. La segunda es una condición en la que la bacteria
está en el cuerpo, pero no provoca la patología como tal. Es como si estuviera dormida.
La mayoría de las personas
que inhalan la bacteria tienen un sistema inmune capaz de combatirla y, gracias
a ello, impiden que se multiplique. Sin embargo, el microorganismo sigue allí,
aunque no se presenten signos.
Esas bacterias pueden
permanecer inactivas durante muchos años o por toda la vida. Sin embargo, si el sistema inmune se
debilita, se activan, se multiplican y provocan la enfermedad de la
tuberculosis pulmonar, la que puede ser mortal.
Causas de la tuberculosis
pulmonar
La tuberculosis pulmonar, al estar causada por una bacteria, es una
enfermedad contagiosa. Esto quiere decir que una persona
infectada puede transmitirla a otra que no lo esté. Si la infección es latente,
no hay contagio.
El contagio se produce a
través de las gotitas de agua que provienen de la tos o el
estornudo de una persona que tiene la patología. Muchos se recuperan de la
tuberculosis pulmonar sin manifestaciones graves. Sin embargo, en algunos
casos, la infección se reactiva apenas unas semanas después de haberla
padecido.
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tratamiento
Factores de riesgo
Hay algunas personas que
tienen mayor riesgo de desarrollar la tuberculosis pulmonar. Dentro de ellas
están los siguientes grupos:
Bebés: menores de 2 años.
Personas mayores: cuando se superan los
60 años.
Sistema inmune debilitado: bien sea por
alguna enfermedad como el VIH y la diabetes o bien por la ingestión de
medicamentos o la aplicación de quimioterapia.
El riesgo de padecer
tuberculosis pulmonar se incrementa si una persona está desnutrida, vive en
condiciones insalubres o está en contacto con infectados. Así mismo, los brotes
son más frecuentes en comunidades en
las que hay más enfermos de VIH, personas sin hogar o cepas resistentes.
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cuál es su tratamiento?
Factores que no generan riesgo
Como ya se anotó, una
persona con la infección latente no contagia la
enfermedad a los demás. Esta tampoco se transmite por contactos como dar la mano a
alguien o compartir elementos personales (cepillo de dientes, cubiertos).
Tampoco se contagia si se comparten
alimentos o bebidas, a través de los besos, por el uso de
los mismos inodoros o por medio de la ropa de cama. No es necesario desinfectar
las superficies que haya tocado una persona con tuberculosis pulmonar.
Síntomas de la tuberculosis
pulmonar
El síntoma más convencional de la
tuberculosis pulmonar es una tos intensa que puede durar
tres semanas o más. Esta tos suele estar acompañada de un esputo con sangre. La
persona afectada siente un gran malestar y presenta las manifestaciones
siguientes :
Debilidad o fatiga con falta de apetito, lo que lleva a
la pérdida de peso.
Fiebre y escalofríos con sudores nocturnos.
Sibilancias en el pecho y dificultad para respirar.
Algunas personas con
tuberculosis pulmonar también presentan los llamados dedos hipocráticos en las fases avanzadas.
Estos tienen un ensanchamiento, en forma de palillos de tambor, y un cambio de
ángulo en la salida de la uña.
Así mismo, es habitual que haya sensibilidad o
inflamación de los ganglios linfáticos del cuello y de otras partes del cuerpo.
De igual manera, puede haber derrame pleural, es decir, líquido alrededor del
pulmón. En algunos casos aparecen complicaciones como inflamación del hígado,
lágrimas y orina de color pardo o naranja, sarpullido y cambios en la visión.
La detección temprana mejora el
pronóstico
Los pacientes con infección
latente no presentan ningún síntoma ni sienten molestia alguna. Una prueba
cutánea o un examen de sangre revelan que es positivo para tuberculosis cuando
se los examina por otra causa. Aunque no haya manifestaciones, lo indicado es que inicien un tratamiento para evitar la progresión del
trastorno.
Cuando la tuberculosis
pulmonar se detecta a tiempo y se trata con rapidez, el pronóstico es excelente.
Lo usual es que los síntomas desaparezcan en apenas dos o tres semanas. Si la
enfermedad no se aborda como es debido, llega a ser mortal.
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